miércoles, 18 de julio de 2007

RESPIRA HONDO

Y ahí estamos de nuevo, no dejando a la gente vivir en paz.
Ha sido muy extraño, justo cogí el móvil para ver si tenía algo que no hubiera oído, y me vibra en la mano. Uf, después de toda la mañana pasando de él, ha sido como si me atrajera a mirarlo (otro día hablaré de mis sensaciones).
Mensajito, ¡qué sorpresa!
Del personajillo, ¡qué grata sorpresa! Ains, qué ilusión, ¿qué querrá?
¿Cóoooooomo? Esto no está pasando.
Después de tanto tiempo sin saber de él, efectivamente, quería algo, un favor como un castillo.
Que una amiga suya (que no es santo de mi devoción, pero que en su día le puse buena cara por él) está chunga y que se va a pasar a verme (ella) NOOOOOOOOOOOOOOOOOO
Por favor, si no la quiero ver ni en pintura y creía que no volvería a verla ahora que ya no tenemos nadie en común, ¿por qué? ¿por qué?
Hay que tener cara para ignorarme y acordarse de mí para pedirme favores, y encima relacionado con ella.
Todos se acuerdan de Santa Bárbara cuando truena.
Así que me ha tocado aguantar un rato a la niña, y eso que esta vez yo iba en plan de no aguantarle ni una, que ahora no tengo por qué hacerlo. Aunque he estado más bien fría, creo que se puede dar con un canto en los dientes con mi comportamiento.
Y encima tiene la cara de mandarme besos con ella. De verdad que pienso que el daño es premeditado, porque no es normal.
Si tienes besos para mí, dámelos en persona, si además yo estoy deseando, ¿para qué engañarnos?
Esta es la historia de nunca acabar, y no sé cuánto más podré soportarlo.
Sal de mi vida.
Bueno, bueno, mejor dicho, vuelve a entrar en ella, pero de lleno.

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