Siempre me estoy quejando de que me gustaría tener tiempo para mí.
Más que quejarme lo pienso, porque hace ya mucho que me di cuenta que decírselo a mi chico no hacía más que destrozarlo, porque no es capaz de entenderlo.
No entiende que quiera invertir algo de tiempo en hacer mis cosas.
-¿Y se puede saber qué cosas son esas?
-Pues cosas.
Y tristemente los días que lo tengo lo malgasto. Me dedico a estar tirada en el sofá mirando el ordenador o la tele y no hago nada de lo que debería.
Normal que a él no le siente bien que le reclame más espacio, dirá que para no hacer nada podría estar a su lado.
Me doy cuenta de que si no estuviera con él seguramente me pasaría así un día tras otro.
Odio perder el tiempo, pero soy demasiado perezosa para ponerle remedio.