Debido a los horarios que tenemos, Samuel y yo no solemos pasar mucho tiempo juntos.
Alguna vez hemos ido un par de días de viaje, pero poco más.
Hace poco, milagrosamente, nuestros descansos coincidieron y en lugar de hacer una escapada como en otras ocasiones, esta vez nos quedamos en casa. En su casa.
Ya digo que otras veces que hemos pasado tiempo juntos ha sido de turismo, siempre de arriba para abajo.
Esta fue la primera vez en plan relax, sin hacer nada.
Y tengo que admitir que me aburrí.
Yo no tenía sueño en la siesta, así que sigilosamente me levanté. Otras veces no me importa no dormirme, me quedo tumbada a su lado mientras él duerme, pero esta vez necesitaba levantarme. Di varias vueltas por el piso, encendí la tele, la apagué... pero me aburría.
Entonces pensé en despertarlo. Pero en ese momento sentí que no me iba a solucionar el aburrimiento.
Al ratito se despertó solo y el resto del tiempo ha sido todo genial, no volví a sentirme de esa manera, pero aún así tengo miedo.
La sensación duró como mucho 10 minutos, pero en esos momentos pensaba que quizá estaría mejor en casa.
Y tengo miedo a aburrirme estando en su casa, o estando con él, o a aburrirme de estar con él.
Ahora no tengo ese sentimiento y lo veo como algo muy lejano, pero sigo teniendo miedo a que pueda volver y, sobre todo, a que no se vaya.