Ayer tenía el día libre y a pesar de eso quise madrugar.
Samuel había tenido el turno de noche (como siempre) y sabía que estaría en casa, casi recién acostado.
Así que lo planeé.
Fui a su casa, abrí con la llave que me dio y me desnudé para meterme con él en su cama.
Tardó pocos minutos en darse cuenta de mi presencia y me regaló una sonrisa que no le cabía en la cara, para después continuar durmiendo abrazado a mí.
Y cuando se despertó...
5 comentarios:
Plas plas plas plas. Tienes mi primer aplauso junto a mi agradecimiento por tu visita a mi blog.
Tu blog huele a hierba fresca.
Un beso muy fuerte.
Jejej, puntos suspensivos, ya sabemos ya, jjeje
Qué tal la búsqueda de curro nuevo?
Bicosss
j, espero seguir viéndote por aquí. Tú me verás en el tuyo de cualquier manera.
sophie, he mandado algunos curriculum, pero de momento no me han llamado de ninguno.
Pero cómo me gustaaa, cómo me gustaaaaa!! ¿Te has inspirado en un post mío, a que sí? jajaja... la realidad SIEMPRE supera a la ficción.
No sabes cuánto me alegro por ti... ¡¡disfrútalo!!
Un besote inmenso
Pues me alegro mucho chica...
Espero que todo siga su rumbo...
Un besito
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