Samuel deja la empresa.
Y aunque me alegro por él, se me hace un nudo en el estómago de pensar que ya no nos veremos todos los días.
Su traslado es inevitablemente económico. Necesita más dinero y se ha buscado un trabajo por la noche.
Por la noche. Pobrecito mío. No quiero ni pensarlo.
Estoy muy triste por esto.
Últimamente ando bastante desmotivada en el trabajo y el saber que lo vería me aliviaba las tensiones.
El que no nos vayamos a ver a diario no es sólo por el hecho de que no trabajemos juntos, sino por la incompatibilidad de horarios.
Intento mirar el "lado bueno" de que tengo otros temas muy retrasados ya que casi todo el tiempo que no estoy trabajando lo paso con él (excepto cuando tengo otros compromisos sociales) por lo que otros asuntos están abandonados (no me atrevo ni abrir el armario por miedo a que salga algo no identificado).
Pero no, esto no me consuela en absoluto.
En fin, ya veremos cómo se va desarrollando nuestra vida con este cambio.
P.D. Tras los últimos post de palito mi nivel de calentura en ocasiones es crítico. Recordemos que entro desde el trabajo.
Se acabó el relajarme un poco pensando en proponerle ir al baño a solucionar el problema.
5 comentarios:
Ánimo, seguro que aprovechais mejor el tiempo que paseis juntos.
Además, siempre creí que no es bueno trabajar juntos
besitos
A veces no verse a diario es bueno...
Un besito
Descubro hoy tu blog y me gusta :-)
Besazo!
Bienvenida.
Siempre es un placer para mí conocer nuevos bloggeros.
Pues piensa que si Samuel ha decidido un cambio de trabajo es para bien, y al final si él está más contento eso os beneficiará a ambos…piensa en positivo¡¡¡¡
En cuanto a lo de tu post del ginecólogo, siento no haberte contestado en su día, desde mi punto de vista ir al ginecólogo es como ir a cualquier otro médico. Yo estoy encantada con la mia y no me hace nada, nada, nada de daño, nunca¡¡ Y a mi hermana y mi madre tampoco. Búscate uno bueno y ánimo¡¡¡ Pero no lo dejes que es muy importante.
Bicazos niña¡¡
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