AÑO NUEVO

Vale, ya sé que el año lleva ya unos diitas, pero he estado de vacaciones tan a gusto que no me ha apetecido andar por aquí (que no se entere nadie, pero siempre accedo en horas de trabajo).

Ya por la forma de empezar se ve mi ánimo ¿verdad?

Si hubiera sido otro año, de seguro que habría escrito un millón de post durante la Navidad, porque siempre han sido fechas que me han invitado a las lamentaciones y, al menos al principio, para eso creé el blog.

Por primera vez, ante el año que se iba no he sentido que perdía otro año sin que me hubiera significado algo. Y, por primera vez, no saludo al año pensando a ver si por fin este es mi año, porque siento que de veras va a serlo. De hecho mi año empezó mucho antes.

Hay quien mide por los años naturales y quien lo hace por cursos, pero yo empiezo a contar desde el verano.

¿No dicen que año nuevo vida nueva? Pues mi vida nueva empezó ahí.

¿Y tanto ha cambiado mi vida? Sí y no.

Realmente "sólo" ha cambiado una cosa: SAMUEL. Pero ha producido una revolución en mí tan grande que me afecta a todos los niveles y en positivo.

Lo que siento se podría resumir en que estoy tranquila, porque he dejado de buscar.

Y la tranquilidad es algo que yo he necesitado desde hace mucho, porque los nervios tienen repercusiones nefastas en mí, de las que no voy a hablar porque ahora no me acuerdo jaja.

El caso es que creo que he sido realmente buena por este regalo tan grande que tengo.

P.D. Y esta ha sido mi historia número 50.