viernes, 16 de noviembre de 2007

COINCIDENCIAS

Cuando aludí a mi curriculum sentimental, ya mencioné que se compondría de dos líneas. Esto era, de los dos únicos chicos que pude decir que "eran mis novios". Y lo pongo entre comillas porque eran unas edades a las que considero que no se tiene novio.
Siempre fui rezagada en el tema amatorio, no es nuevo de ahora.
El primero que estuvo en mi vida fue Pepe.
Yo estaba en el último año del colegio y me sentía bastante presionada porque todas mis amigas ya habían besado y yo no.
Lo conocí y me pareció mono. Él pensó lo mismo, y de una manera absurda "me pidió salir".
Estuvimos saliendo durante un mes, creo, y aquello fue una pantomima. A mí me molestaba que me llamara a casa, sobre todo porque generaba preguntas, y él no paraba de hacerlo, incluso cuando yo le decía que no estaría allí. No había móviles, claro.
Y siempre me daba pereza quedar con él, aunque una vez juntos, era agradable.
No nos dimos ni un triste pico. Lo más significativo fue un beso involuntario que me dio en el cuello cuando se acercó, creo que para dármelo en los labios, y yo sin darme cuenta me giré.
Fui yo quien decidió cortar aquello.
Al cabo de los años, en el instituto, apareció Salva.
Él fue el primer chico que me besó, y el único hasta hace unos meses.
Me dejó de repente y sin dar explicaciones y me hizo mucho mucho daño. Tardé en superarlo demasiado tiempo, demasiado.
Hace unas semanas me di cuenta de que entre mis dos chicos, (Salva y Samuel, lo de Pepe es pura anécdota) hay curiosas coincidencias.
-La más evidente, el nombre. Los dos nombres empiezan por la misma letra.
-El haber aparecido en mi vida en medio de un desengaño grande de historia que pudo ser y no fue y cuando creía que mi vida era la peor.
-Empezar todo en el cumpleaños de una amiga, que lo celebraba en un día distinto y que la chica-cumpleaños en cuestión tuviera mucho que ver en la historia.
-El tener una persona en común muy importante para mí.
-Que ellos acababan de salir de relaciones importantes.
Y algunas otras más comunes como que sean mayores que yo y cosas sin importancia alguna.
Puede que parezca una tontería, pero cuando reparé en esto me pareció, cuanto menos, curioso.
Actualización: Se me pasó el hecho que me hizo fijarme en todo lo demás. Y es que la primera vez que me besó cada uno, sonaba la misma canción.

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