Después de un corto periodo de tiempo en el que he creído que algunas cosas iban a cambiar o mejor dicho, iban a volver a ser como antes, ahora puedo decir que tengo los pies en la tierra.
Y es que que por haber quedado unas cuantas veces con esas amigas e intercambiar varios correos con otra, ya me estaba montando mi cuento de la lechera particular y me sorprendía pensando en celebrar la despedida de soltera a la que no fuimos las demás.
Está visto que por mucho que crea una haber madurado hay cosas que nunca cambian y sigo ilusionándome y dándome a la gente con mucha facilidad para después llevarme el palo.
3 comentarios:
Gracias a dios queda gente como tú, confiada, que no necesita millones de pruebas..
Nunca pierdas esa ilusión, te hace especial.
un beso
vale, el comentario anterior soy yo... jajaj
besitos
Pues hija yo me parezco a ti, y me encuentro en una situación parecida, así que... te comprendo, pero como dice Eris no cambies... Besos
PD: Mis post son siempre largos, así que no te preocupes, y lee lo que te apetezca.
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