Hace unas semanas vi anunciado el programa 21 días sin comer y me llamó especialmente la atención. La casualidad hizo que estuviera en casa en el momento que lo pusieron.
No me veo gorda ni quiero perder peso y jamás me he provocado el vómito, pero a veces me he sentido de maneras que he visto perfectamente reflejadas.
Soy más delgada de lo que debiera y de lo que me gustaría. Normalmente hago comidas bastante normales, pero cualquier problema en mi vida puede llevarme a perder el apetito (en esos meses que me encontré tan mal, por ejemplo).
No me veo bien con mi peso y el sentirme mal en el estómago me hace obsesionarme y pensar en que adelgazaré más. Mi agobio es tal que me hace sentirme peor y es la pescadilla que se muerde la cola.
En esos momentos sólo puedo pensar en que enfermaré de verdad y ...
En el programa se hablaba de la profunda tristeza, las naúseas, la saciedad con poco que se coma, la poca vitalidad, el llanto...
Todas estas sensaciones están en mí en cada uno de los días malos.
Lo que más me impactó fue que uno de los chicos decía que su pareja al decirle que pusiera más de su parte lo hundía aún más.
Y es lo que me pasa a mí cuando estoy mal. Me doy cuenta de que es todo psicosomático y que debería poder controlarlo. Y el saber que la solución está en mí y que no soy capaz de dársela me supera.
Es algo que no puedes hacer entender a los demás. De hecho creo que no me estoy explicando en absoluto.
En cuanto terminó el programa fui a persarme.
La música muy acertada.